18 de julio de 2014

Quedan a deber 'Canelo' y Lara

Ni universidades ni escuelas: ambos se respetaron de más, ninguno mostró alternativa a su estilo y ambos decepcionaron.

El tan esperado combate que significaría la graduación de Saúl “Canelo” Álvarez y la irrepetible oportunidad que tanto anhelaba Erislandy Lara, al final decepcionó y los dos boxeadores quedaron a deber a su público.


FOTO: SHOWTIME

El intrépido arranque del tapatío dejó entrever que era cuestión de dos o tres rounds para pescar al cubano  y finiquitar el combate.

 Sin embargo, esta  premisa se desmoronó conforme avanzaron las acciones y Lara huía en cada intercambio, mientras los guantes del jalisciense se impactaban en las cuerdas.

La siempre prestigiada y eludida escuela cubana se presentó en los asaltos tres y cinco, cuando el autonombrado “American Dream” lanzaba el doble jab, seguido de un potente recto efectivo, y en seguida desaparecía a la respuesta de su oponente, quien quedó ridiculizado.

Pero Erislandy no supo llevar el combate como lo hizo su paisano Guillermo Rigondeaux ante Nonito Donaire, y lució como ante Paul Williams y Carlos Molina, pleitos que perdió y empató, respectivamente, y se vio escaso de recursos con rivales que tampoco proponen.

Álvarez mostró que no es peleador inflado. Tras perder el invicto con Floyd Mayweather, no fue su problema que Alfredo el “Perro” Angulo no saliera a pelear en marzo, y en esta ocasión, mostró el poder para frenar a uno de los más evitados en súper welter.

Sin embargo, de un ídolo se espera mucho más. Recordé, por instantes y guardando las dimensiones, a Julio César Chávez ante Pernell Whitaker, donde el fajador nunca pudo lucir, pero el estilista tampoco plasmó la superioridad de su boxeo.

Sin duda fueron más notorias las piernas de Lara, envidiadas por el mejor maratonista, que las combinaciones que erró “Canelo”.

Leí comentarios donde mencionaban que el cubano no exhibió la escuela de su país, sino la jamaiquina o la keniata, o los siempre detractores del tapatío que aseguran que el pelirrojo está protegido por Televisa y Oscar de la Hoya, y de paso desprestigian a su esquina.

Lara, antes de este combate, era el boxeador más evitado en las 154 libras, razón por la que esta función fue la primera que estelarizó un PPV, y quizá la última.

“Canelo” no se asustó como ante Mayweather y propuso la pelea, lo buscó en todos los asaltos y aunque, como de costumbre, a partir del 8 ya respiraba por la boca, el isleño tampoco cerró como en sus demás peleas, corriendo de principio a fin al mismo ritmo.

En el último round, un volado del mexicano sacudió la cabeza de Lara, cuyas piernas se tambalearon en los siguientes tres segundos.

Lara exigió la revancha. ¿Con qué argumentos se la ofrecerían al público? No mostró algo distinto para vencer a un taquillero. Cuando un boxeador quiere convencer o derrotar a un ídolo, debe hacer algo nuevo a lo que ya se le conoce, y Lara fue el mismo.

Fue abrumadora la diferencia en los movimientos de piernas y cintura, donde el cubano dio cátedra y Álvarez se veía hasta torpe al tratar de alcanzarlo, sin saber moverse a su ritmo y peor aún, sin idea de cómo cerrarle los ángulos y trabajarlo contra el encordado.

Desesperante fueron los abucheos cuando el cubano Lara no soltaba los brazos, y aunque en el porcentaje de golpes de poder –según Compubox-  “Canelo” fue quien dominó, durante todo el combate sólo conectó 9 de los 183 jabs que lanzó, cifra sin duda alarmante.

En súper welter, “Canelo parece imbatible”. Habría que ver si el “pacto de paz” entre Arum y  De la Hoya pactarían un combate conel invicto  Demetrius Andrade, campeón OMB y quien ya retó en las redes sociales al mexicano,  porque es conocedor de que podrá cobrar la mejor bolsa de su carrera, y sobre todo, porque tiene todas las condiciones para derrotarlo, o al menos volver a exhibir sus carencias.

En Cuba y Centroamérica se habla de un robo. Pienso que fue una pelea difícil de calificar y un empate habría sido justo.

Hace dos semanas, Yuriorkis Gamboa viajó  a Omaha, Oklahoma, tierra de Terence, Crawford, a quien retó para arrebatarle el cinturón ligero OMB, y se vio dominante desde el principio hasta el quinto asalto, cuando registró una caída.

Después de que el estadounidense se adaptó a la perfección, y ante el apoyo de la localía, al “Ciclón de Guantánamo” no le quedó de otra que fajarse, lo que le costó ser mandado a la lona en tres ocasiones más y perder por nocaut técnico en el noveno.

De haber seguido el estilo de su compatriota Lara, Yuriorkis habría perdido, pero hubiera sido una pelea aburrida, se hablaría de un robo, y el nombre de Crawford para nada se habría destacado entre la élite boxística; si Lara se hubiera fajado, quizá vendría un sorprendente KO en su contra y se hablaría de que “Canelo” ha progresado un mundo y está listo para una revancha ante Mayweather.

Al final, no hubo ni honor ni gloria, como se nombró a la cartelera. La escuela cubana que Lara cantó que iba a imponer desde antes de aparecer en la conferencia de Canelo- Angulo no asustó a nadie, y la universidad mexicana de boxeo que presumió el entrenador de Canelo, José “Chepo” Reynoso, se vio como una telesecundaria o bachillerato semiescolarizado avalado por la UdeG.

Gracias por leerme... ASR