8 de agosto de 2014

El letal Golovkin

Imagen: tomada de Internet

Convertido en la sensación de los medianos, los elogios para Gennady Golovkin cada vez son mayores.

Luego de apabullar en apenas tres rounds el pasado 26 de julio a Daniel Geale, la oposición más complicada desde que es campeón, pareciera que sus rivales están predestinados a sufrir la peor derrota de sus carreras ante sus demoledores golpes.

Para el kazajo de 32 años no existen los rounds de estudio. No es de los boxeadores que salen a cansar a su adversario o mermarlo lapso por lapso; en cuanto suena la primera campanada su oponente ya sabe a lo que se enfrenta, y no tiene otro remedio que perder con la mayor dignidad posible.

No hay sorpresas, ni golpes desconocidos o “balas perdidas”, como diría Julio César Chávez, con quien suelen compararlo, sobre todo por su demoledor gancho.

Geale subió como un ex campeón de alto perfil, que perdió su título FIB de forma apretada ante el inglés Darren Barker en agosto de 2013, y perdió por primera vez con Anthony Mundine en 2009.

Al australiano le sucedió lo mismo que a Matthew Macklin  justamente hace un año, cuando al de Birmingham no le quedó de otra que fajarse y también en el tercero sufrió un escalofriante KO.

Noburo Ishida se presentó con siete derrotas, entre ellas ante Dmitry Pirog y Paul Williams, pero en su currículum resaltaba no haber sido noqueado, además de haber sorprendido al bravísimo James Kirkland; ante “GGG”, el japonés terminó fuera del ring, también en tres episodios.

Recientemente nombrado boxeador del mes por la AMB, se le ha cuestionado sobre sus rivales, que si bien no han sido los mejores clasificados de algún organismo, tampoco se les puede considerar bultos.

Catalogado como oportunista al retar a Miguel Cotto, pocos recuerdan que pide una oportunidad por el cinturón del CMB desde que lo recuperó Sergio Martínez, quien lo perdió ante el boricua.

Campeón desde agosto de 2010, al ganarle el cinturón interino AMB al colombiano Milton Núñez, el kazajo acumula 11 defensas, todas por nocaut; de hecho, la última vez que una pelea suya se fue a las tarjetas fue en junio de 2008, cuando se midió al argelino Amar Amari.

Sin embargo, la forma en que abrió su volado derecho en el KO a Geale, digna del más inexperto aprendiz, deja interrogantes, lo mismo que los golpes que sufrió con Curtis Stevens y Gabriel Rosado.

Pero con puños y quijada de acero, estos puntos débiles parecen irrelevantes, y a diferencia de los demás fajadores sabe cortar los espacios, y estas desventajas restan importancia a sus “movimientos torpes”, como muchos catalogan la forma en que se para y cabecea.

Los únicos oponentes que aprovecharían sus debilidades son Floyd Mayweather y Andre Ward, quienes se encuentran una división abajo y arriba, respectivamente, y un peso pactado se ve complicado, al menos ante el “Money”.

¿Ante quién pelear?

Sin duda unificar le daría mayor renombre.  El campeón OMB, Peter Quillin, también invicto, es la opción más llamativa; Cotto tiene el cinturón verde, y el australiano Sam Soliman, quien sorprendió al alemán Félix Sturm, ostenta el de la FIB.

En los pesos pesados, Deontay Wilder, con 33 victorias, todas por KO, se apunta a concluir con el reinado de Wladimi Klitschko; el norteamericano no se mueve, no lanza un buen jab, no sabe tirar combinaciones ni fintas, pero tiene una pegada endemoniada, tanto, que varios entrenadores y sparrings aseguran que se trata del más fuerte de todos los tiempos.

Podría decirse que Golovkin y Wilder son la competencia directa de los estilistas, esos boxeadores compuestos en un 90 por ciento por movimientos de piernas y cintura, y apenas el 10 por ciento en ataque, y que salvo Mayweather no son comercialmente atractivos.

Dentro del ring, “GGG”, sin mucho boxeo, parece tener el antídoto para erradicar el estilo elusivo que cada vez más aburre a los fanáticos.

“Yo peleo como mexicano”, asegura el boxeador europeo, con récord de 30 (27 KO)-0, y quien es entrenado por Abel Sánchez; esto lo dice quizá para atraer los reflectores que su promotora no ha podido darle.

Y es que ¿quién no quiere ver una pelea de un campeón invicto que es comparado con Chávez?

Gracias por leerme... ASR



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