Sor Rungvisai y
Estrada, nuevos mandones de los pesos chicos
En una tarde-noche californiana,
el tailandés Sor Rungvisai y Juan Francisco “Gallito” Estrada se consolidaron
como los nuevos grandes referentes de la categoría súper mosca, función
celebrada en el StubHub Center de Carson y que no decepcionó a las
expectativas. Todo se encamina a que ambos se enfrentarán iniciando el 2018.
Némesis de Tailandia
para ‘Chocolatito’
En una formidable velada donde se
presentaron los mejores exponentes de las 115 libras, y que fue diseñada para
que Román “Chocolatito” González regresara a ser considerado entre los mejores
libra por libra del mundo, Srisaket Sor Rungvisai se robó la noche y realizó su
primera defensa del cinturón del Consejo Mundial de Boxeo, luego de propinarle
al nicaragüense un sorprendente y escalofriante nocaut en la pelea estelar.
Casi seis meses después de perder
su invicto en una pelea donde al tailandés le permitieron lanzar todos los
cabezazos que quiso y de exigir de inmediato la revancha, Román inició
precavido, quizá evitando ser sorprendido otra vez por su rival, quien en
aquella ocasión lo depositó en la lona apenas en el primer round.
El asiático lo presionó de
inmediato y antes del campanazo se produjo el primer choque de cabezas. Más
concentrado en dialogar con el réferi que en el combate, González se vio
abrumado por los constantes ataques de su contrincante, quien se fajó y aunque
recibió castigo en corto, movía con pulcritud la cintura para evitar los
volados y salir bien librado.
En el tercero, “Chocolatito”
conectó sus mejores golpes, pero Sor Rungvisai quería demostrar que es digno de
portar el fajín verde y no cesó de atacar, consciente de que su potencia es
mayor y confiado por haber resistido los embates de su oponente en la pelea
anterior.
Para el cuarto episodio, Román
salió en busca de un golpe de autoridad, sin embargo cayó en el juego del
tailandés y lo pescaron con la derecha en corto. Con las piernas tambaleantes y
mareado, fue abrumado por una lluvia de golpes provenientes de todos lados. Finalmente
le aplicaron la misma dosis, con un derechazo explotó en la quijada, aún más
contundente que el primero, el nicaragüense de desplomó en el centro del ring.
El réferi ya no le permitió tratar
de levantarse a “Chocolatito”, quien quedó tendido en el suelo un par de
minutos y sufrió su segunda derrota, la cual transformó por completo el
panorama de los súper mosca; supuestamente, el vencedor deberá enfrentar a
Francisco Estrada, quien derrotó en la pelea de eliminatoria a Carlos Cuadras. Ahora no hubo sangre, vendajes en
la cabeza ni tarjetas controversiales, sino una fulminante bala que
difícilmente estará fuera de los mejores cloroformos del 2017.
Wisaksil Wangek, mejor conocido
como Sor Rungvisai, de 30 años y marca de 44 (40KO)-4-1, se proclamó como el
némesis de quien hasta hace un año era considerado entre los mejores del mundo,
sin dejar dudas de su calidad y demostró ser un peleador élite. Cabe destacar
que perdió sus dos primeras peleas como profesional (debutó ante el ex campeón
Akira Yaegashi), y después con “Príncipe” Cuadras, en la primera oportunidad
que tuvo para convertirse en campeón.
Nada más contundente que un
nocaut. El tailandés pasó de ser un boxeador sucio y beneficiado por los
jueces, al caballo negro de las 115 libras. Ahora lo verán con otros ojos y sus
dos nombres deberán ser más fáciles de aprenderse y de pronunciar al hablar del deporte de los
puños.
Estrada, un ’gallo’
fino que busca reinar en las 115 libras
En una auténtica guerra azteca,
el “Gallito” Estrada volvió a los primeros planos y mostró estar preparado para
conseguir su segunda corona en dos divisiones distintas, luego de derrotar por
decisión unánime al también ex campeón Carlos “Príncipe” Cuadras, en una pelea
eliminatoria del cinturón súper mosca del CMB.
Ambos subieron al ring con la
misión de tener una revancha ante “Chocolatito” y Cuadras parecía ser el más
deseoso, ya que lució mayor movilidad y precisión, trabajando en el centro de
ring y contragolpeando contundentemente con envíos que desconcertaban a su
oponente.
Pese a que suele iniciar a medio
gas, el sonorense lucía incómodo, sin lograr imponer su distancia como solía
hacerlo cuando militaba en las 115 y 112 libras; ahora se enfrentaba a un rival
más alto y de mayor alcance, ante el cual no lograba terminar las combinaciones.
Hasta el cuarto asalto, Cuadras
era el amo del cuadrilátero: conectaba los golpes más fuertes y claros, esos
que hacen gritar al público y en ocasiones confunden a los jueces. Consciente
de su dominio, el púgil sinaloense realizó sus primeros pasos de baile, aunque
esta burla jugó en su contra, ya que “le picó la cresta al Gallo”, quien
comprendió que debía actuar como un rey si quería poner al “Príncipe” en su
lugar.
En el quinto llegó la reacción de
Francisco, demostró que mantiene el mismo poder que cuando fue campeón y
tambaleó a su oponente, obligándolo a pelear en reversa, ya que logró romper la
distancia, conectándolo en corto: ahora sí aterrizaba sus envíos. En tanto, Carlos
volvió a cerrar con intensidad los asaltos, pero sus volados quedaban en el
aire. Solamente acertó un uppercut que inflamó el pómulo de su adversario en el
noveno.
La presión de Estrada continuó,
acertando cada jab que lanzaba, en tanto que Cuadras se movía con lentitud,
respiraba por la boca y bajaba la guardia, error que pagó caro en el décimo,
cuando el pupilo de Alfredo Caballero aprovechó que iniciando el round lo hizo
trastabillar, y pudo rematarlo justo un minuto después con un derechazo.
Aunque el “Príncipe” no se dejó
sorprender y mostró por qué pertenece a la realeza del boxeo. Lejos de
retroceder o abrazarse, entró al intercambio y colocó un fuerte gancho a la
zona hepática del oriundo de Puerto Peñasco, quien optó por una “retirada
momentánea” como método de ataque y se olvidó del nocaut.
El penúltimo episodio continuó
con la misma tónica: un “Gallo” metódico y sereno, ante un oponente que se
olvidó de la estrategia y sin orden buscó retomar la ventaja que consiguió en
el primer tercio del combate.
Estrada se guardó el mejor
arsenal para el último asalto para cerrar con broche de oro, pero el de
Guamúchil, Sinaloa volvió a dejarle en claro que podía prenderlo con una “bala
perdida”, e incluso pudo arrinconarlo sobre las cuerdas. Nuevamente Francisco
salió bien librado y atinó varios golpes de poder.
Ante una lluvia de aplausos del
público, el anunciador Michael Buffer cometió un error garrafal al indicar como
vencedor a “Carlos Estrada”; en cuanto escuchó su nombre de pila, el “Príncipe”
festejó; unos minutos después, el autor de la frase “Let’s get ready to
romble…” corrigió e indicó que las tres tarjetas de 114-113 fueron a favor del
sonorense: la caída evitó el empate, según la apreciación de los jueces.
Parece que las lesiones, principalmente
la de su mano derecha, han dejado en paz al “Gallito”, de 27 años y quien ahora
posee una marca de 36 (25KO)-2-0, mientras que Cuadras, de 29 años y ahora con
récord de 36-2-1, no sería extraño verlo muy pronto en otra pelea de
campeonato, debido a la excelente exhibición que brindó.
Otro “monstruo”
asiático dice presente en América
Naoya Inoue salió del anonimato
del lejano oriente para demostrar por qué muchos lo consideran no sólo el mejor
de la categoría súper mosca en la actualidad, sino también entre los grandes
japoneses de todos los tiempos, a pesar de tener apenas un récord de 14(12KO)-0-0.
El “Monstruo” de 24 años realizó
la sexta defensa del cinturón de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) tras
derrotar por nocaut técnico a Antonio “Carita” Nieves, quien venía de perder la
calidad de invicto en su anterior combate que disputó con Nikolai Potatov, en
peso gallo.
La presión de Inoue fue constante
desde el primer round, con la combinación básica de jab-recto derecho-gancho
izquierdo, pero ejecutada a la perfección, con potencia y a gran velocidad. Nieves,
un digno rival oriundo de Cleveland y de raíces boricuas quien también logró
conectar al asiático, sin causarle daño.
En el segundo, el “Monstruo” a punto
estuvo de noquear al “Carita”, sólo que cesó el ataque justo cuando sonó la
alerta de los 10 segundos, creyendo que se trataba de la finalización del
episodio: así de confiado y sereno subió, sin prisa de regresarse a Japón,
donde había realizado toda su carrera.
El momento más emocionante se
suscitó en el quinto capítulo, cuando Inoue por fin pudo conectar un gancho a
la zona hepática, el cual intentó sin éxito en numerosas ocasiones, y aunque
Nieves se fue a la lona y esperó el conteo justo para levantarse, logró sobrevivir
al terrible castigo. Sin embargo, su esquina decidió que no valía la pena
continuar y ya no salió a disputar el sexto asalto.
No lució implacable como suele
hacerlo en su país, pero Naoya comprobó que los nipones también pueden pelear
fuera de la isla y tienen la clase para enfrentar en territorio americano a los
más grandes exponentes. No obstante, en esta velada, quien demostró ser un
verdadero monstruo fue el tailandés Sor Rungvisai.
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