Nunca me han gustado los eventos
tecnológicos masivos. Podría justificarme y decir que me abruma ver a tanto
chamaco “ñoño-poser", pero siendo honestos, la principal causa es que me
ha rebasado la comprensión de la ciencia, la cual avanza a pasos acelerados en
este milenio.
Por cuestiones laborales asistí a
la Expo Guadalajara los cinco días que duró el Talent Land 2019, desarrollado
durante la etapa final de abril. El primer evento que cubrí lo impartió Martí
“C de Ciencia”, un youtuber español que en su presentación “El sueño
interestelar” habló de la posibilidad de viajar a través del espacio-tiempo, y por
alguna extraña razón, me sentí como si fuera parte de la caricatura los
Halcones Galácticos.
Foto: Travelling through time and space
Sin contemplar cuestiones como la
atmósfera, condiciones planetarias y otros factores del mapa celeste, señaló que,
en unos cuantos miles de años, a través de seres desarrollados mediante la
inteligencia artificial, la humanidad podría viajar a la velocidad de la luz
con el objetico de poblar planetas.
Como mi capacidad se limita al
Sistema Solar (no imagino qué podría haber más allá de Plutón), me sentí un
antagonista secundario de Dragón Ball, de esos extraterrestres verdes, azules o
cafés que estaban al servicio de Freezer para conquistar distintos mundos. Y es
que suena imposible y ridículo, pero de ser cierto, Martí C comentó que estos
humanoides serían incapaces de conservar nuestras costumbres y sentimientos,
por lo que esa “invasión interestelar” tendría cero sentido, pues en caso de
que encontrase con otras especies de vida inteligente, no podrían precisar su
origen, ni quiénes son realmente. Empiezo a complicarme con lo que explico,
mejor sigo redactando sobre la exposición del “españolete”.
Habló de cómo los problemas
bélicos también generan competencia intelectual, y como ejemplo se enfocó en la
Guerra Fría, factor fundamental para que la Unión Soviética se catapultara como
la máxima potencia en cuanto al estudio científico del espacio, y como
respuesta los Estados Unidos visitaron la luna: hay quienes dudan de este
acontecimiento, pero ese es otro tema. Dejando de siempre el lado humanitario,
refirió que es muy posible que una tercera guerra mundial promueva la visita a
Marte… en caso de haber sobrevivientes, pues son más de 10 los ejércitos altamente
armados para defenderse y generar una destrucción fatal, con un efecto nuclear
invernadero.
Únicamente sobrevivirían quienes pudieran
vivir en cápsulas o escapar en un cohete al espacio (¿?), y entonces recordé la
película de 2012, donde una gran nave (que bien podría ser el Arca de Noé),
donde viajaban las personas más adineradas del mundo, algunas de sus mascotas,
más los protagonistas pobres que lograron colarse, se estanca en los Himalaya
luego de una especie de diluvio.
Yo, que me quedé en 2005, cuando
se podía compartir imágenes y tonos polifónicos de celular a través del
infrarrojo, que de software y hardware no entiendo ni pío. No sé hasta dónde
nos alcance. No sé si la humanidad logre exponer todo su potencial intelectual
científico... Desconozco de estos temas y no sé hasta qué punto sean ciertos. Hay
quienes siguen creyendo que solo usamos el 5% de nuestra capacidad cerebral, y
son esos “eruditos” quienes quieren poblar el universo, diversificarnos, como
si los terrícolas fuéramos realmente útiles para el espacio; quieren expandir
nuestra imagen, esa misma imagen que los ignorantes creen que un Dios supremo
creó a su imagen y semejanza. Aquí compruebas que la extrema sabiduría bien
pudiera confundirse con ignorancia o demencia: la línea que las divide es muy
delgada.
El expositor vuelve a la
realidad. Es consciente de la crisis global actual, que los gringos, a través de
la NASA, no están en condiciones de hacer un viaje a Marte. De los rusos no
habla. Es entonces cuando nos damos asco como humanidad. Sentí deseos de
preguntarle que en dónde pudiéramos estar si la mitad del dinero destino a
armamento bélico y seguridad social, o como se llame ese término referente a
mantener policías y soldados para salvaguardar la integridad de sus habitantes,
se destinara a la ciencia. Talvez ya habría inteligencia artificial al menos en
nuestro vecino Marte. O talvez nosotros mismos ya lo estaríamos habitando.
“C de Ciencia” sueña con una
humanidad unida. Siente lástima por Israel porque, la senda que finalmente
logró llegar a la Luna, tras muchos problemas, lleva la frase "Small
Country, Big Dreams": él asegura que los grandes sueños están en todos
lados, incluso México. ¿Qué tendría que sacrificar un presidente tan burro y
retrasado como AMLO para que nuestro país consolide una infraestructura que nos
permita estudiar el espacio y viajar más allá de la capa de ozono?
Vaya que es un soñador, porque
sólo en sueños podremos viajar sobre el espacio, al menos durante los
siguientes tres siglos, puedo jurarlo. Ahora recuerdo al Duende Verde, de la
primera película de Spiderman, cuando reniega porque “más de 40 mil años de
evolución y apenas hemos tocado la vastedad del potencial humano”. Es decir,
para los grandes científicos, vamos a paso lento, a pesar de que la tecnología
nos tiene en un parámetro muy distinto al de hace 20 años, digo esta cifra
porque en ese entonces yo aún era niño y podía creerme ciertas mentiras, como
ver duendes y ovnis, y era imposible imaginarse usar un teléfono sin cables,
pequeño, que pudiera tomar fotos y videos. Del internet ya ni hablamos, pues
prácticamente no existía.
De hecho, un celular puede
considerarse como una inteligencia artificial, con la cual podemos interactuar,
y algunos químicos dicen conocer la fórmula del enamoramiento, y no sólo eso,
aseguran que tiene equis o ye duración, dependiendo la persona, pero que no son
más de cinco años.
La ponencia cerró con la frase
"tenemos tiempo para que la energía oscura nos aleje", y recordé que
recientemente se tomó la primera foto de un agujero negro. Ambos conceptos me
revuelven la cabeza y me vuelvo bruto, por eso mejor pongo punto final a este
escrito.
ASR
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