5 de mayo de 2019

Viaje a la velocidad de la luz



Nunca me han gustado los eventos tecnológicos masivos. Podría justificarme y decir que me abruma ver a tanto chamaco “ñoño-poser", pero siendo honestos, la principal causa es que me ha rebasado la comprensión de la ciencia, la cual avanza a pasos acelerados en este milenio.

Por cuestiones laborales asistí a la Expo Guadalajara los cinco días que duró el Talent Land 2019, desarrollado durante la etapa final de abril. El primer evento que cubrí lo impartió Martí “C de Ciencia”, un youtuber español que en su presentación “El sueño interestelar” habló de la posibilidad de viajar a través del espacio-tiempo, y por alguna extraña razón, me sentí como si fuera parte de la caricatura los Halcones Galácticos.


Foto: Travelling through time and space

Sin contemplar cuestiones como la atmósfera, condiciones planetarias y otros factores del mapa celeste, señaló que, en unos cuantos miles de años, a través de seres desarrollados mediante la inteligencia artificial, la humanidad podría viajar a la velocidad de la luz con el objetico de poblar planetas.

Como mi capacidad se limita al Sistema Solar (no imagino qué podría haber más allá de Plutón), me sentí un antagonista secundario de Dragón Ball, de esos extraterrestres verdes, azules o cafés que estaban al servicio de Freezer para conquistar distintos mundos. Y es que suena imposible y ridículo, pero de ser cierto, Martí C comentó que estos humanoides serían incapaces de conservar nuestras costumbres y sentimientos, por lo que esa “invasión interestelar” tendría cero sentido, pues en caso de que encontrase con otras especies de vida inteligente, no podrían precisar su origen, ni quiénes son realmente. Empiezo a complicarme con lo que explico, mejor sigo redactando sobre la exposición del “españolete”.

Habló de cómo los problemas bélicos también generan competencia intelectual, y como ejemplo se enfocó en la Guerra Fría, factor fundamental para que la Unión Soviética se catapultara como la máxima potencia en cuanto al estudio científico del espacio, y como respuesta los Estados Unidos visitaron la luna: hay quienes dudan de este acontecimiento, pero ese es otro tema. Dejando de siempre el lado humanitario, refirió que es muy posible que una tercera guerra mundial promueva la visita a Marte… en caso de haber sobrevivientes, pues son más de 10 los ejércitos altamente armados para defenderse y generar una destrucción fatal, con un efecto nuclear invernadero.

Únicamente sobrevivirían quienes pudieran vivir en cápsulas o escapar en un cohete al espacio (¿?), y entonces recordé la película de 2012, donde una gran nave (que bien podría ser el Arca de Noé), donde viajaban las personas más adineradas del mundo, algunas de sus mascotas, más los protagonistas pobres que lograron colarse, se estanca en los Himalaya luego de una especie de diluvio.

Yo, que me quedé en 2005, cuando se podía compartir imágenes y tonos polifónicos de celular a través del infrarrojo, que de software y hardware no entiendo ni pío. No sé hasta dónde nos alcance. No sé si la humanidad logre exponer todo su potencial intelectual científico... Desconozco de estos temas y no sé hasta qué punto sean ciertos. Hay quienes siguen creyendo que solo usamos el 5% de nuestra capacidad cerebral, y son esos “eruditos” quienes quieren poblar el universo, diversificarnos, como si los terrícolas fuéramos realmente útiles para el espacio; quieren expandir nuestra imagen, esa misma imagen que los ignorantes creen que un Dios supremo creó a su imagen y semejanza. Aquí compruebas que la extrema sabiduría bien pudiera confundirse con ignorancia o demencia: la línea que las divide es muy delgada.

El expositor vuelve a la realidad. Es consciente de la crisis global actual, que los gringos, a través de la NASA, no están en condiciones de hacer un viaje a Marte. De los rusos no habla. Es entonces cuando nos damos asco como humanidad. Sentí deseos de preguntarle que en dónde pudiéramos estar si la mitad del dinero destino a armamento bélico y seguridad social, o como se llame ese término referente a mantener policías y soldados para salvaguardar la integridad de sus habitantes, se destinara a la ciencia. Talvez ya habría inteligencia artificial al menos en nuestro vecino Marte. O talvez nosotros mismos ya lo estaríamos habitando.

“C de Ciencia” sueña con una humanidad unida. Siente lástima por Israel porque, la senda que finalmente logró llegar a la Luna, tras muchos problemas, lleva la frase "Small Country, Big Dreams": él asegura que los grandes sueños están en todos lados, incluso México. ¿Qué tendría que sacrificar un presidente tan burro y retrasado como AMLO para que nuestro país consolide una infraestructura que nos permita estudiar el espacio y viajar más allá de la capa de ozono?

Vaya que es un soñador, porque sólo en sueños podremos viajar sobre el espacio, al menos durante los siguientes tres siglos, puedo jurarlo. Ahora recuerdo al Duende Verde, de la primera película de Spiderman, cuando reniega porque “más de 40 mil años de evolución y apenas hemos tocado la vastedad del potencial humano”. Es decir, para los grandes científicos, vamos a paso lento, a pesar de que la tecnología nos tiene en un parámetro muy distinto al de hace 20 años, digo esta cifra porque en ese entonces yo aún era niño y podía creerme ciertas mentiras, como ver duendes y ovnis, y era imposible imaginarse usar un teléfono sin cables, pequeño, que pudiera tomar fotos y videos. Del internet ya ni hablamos, pues prácticamente no existía.

De hecho, un celular puede considerarse como una inteligencia artificial, con la cual podemos interactuar, y algunos químicos dicen conocer la fórmula del enamoramiento, y no sólo eso, aseguran que tiene equis o ye duración, dependiendo la persona, pero que no son más de cinco años.

La ponencia cerró con la frase "tenemos tiempo para que la energía oscura nos aleje", y recordé que recientemente se tomó la primera foto de un agujero negro. Ambos conceptos me revuelven la cabeza y me vuelvo bruto, por eso mejor pongo punto final a este escrito.

ASR

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