Qué
miércoles tan digno de recordar fue este que recién terminó.
Me
bajé del camión lo más rápido posible, alrededor de las 3:40 p.m., debido a que
de repente las gotas que venían del cielo se multiplicaron y además aceleraron
su velocidad de caída.
Rain_by_bramLeech (deviantart.com)
Tenía
las palabras que recién había leído, de un libro de Arthur Schopenhauer que me
costó 30 pesos, las cuales comprueban el porqué a dicho autor lo apodan como “el
padre del pesimismo”, debido a frases como:
“La
individualidad de la mayoría de los hombres es tan miserable y tan
insignificante, que nada pierden con la muerte”.
Avancé
a paso lento y entonces fue divertido apreciar a los transeúntes vueltos locos,
que de ser observados desde una “panorámica espacial”, parecerían renacuajos,
me imagino. Para cuando llegué a la puerta de ingreso del periódico la lluvia había
disminuido; debí maldecir al cielo, al camión, a todo mundo por esta infortuna.
Pero
mis ideas eran otras. Recordé momentos locos, como aquella vez que jugando futbol
en la calle, ya de noche y bajo un aguacero 10 veces más potente que el de esta
ocasión, de repente me quité el short ante el asombro de mis amigos no por
haber admirado mis miserias, sino porque justo en la esquina estaba parada una
patrulla.
“No
seas buey (sí, todavía no se decía ‘wee’), ahí está la Policía, ponte
el pinche short”, me advirtieron y enseguida obedecí, pues en verdad me
avergoncé y asusté. En aquella ocasión ya cursaba la Universidad.
Al
entrar a la oficina ya sólo chispeaba. Llegué al baño y me sequé lo más que pude. Casi una hora después,
pensando en la latente oportunidad de enfermarme puesto que la mitad del
pantalón estaba empapado, subí al snack a comprarme un té. Había sólo café y no
quise sufrir los efectos somníferos y estomacales de esta bebida.
En
otras circunstancias, luego de haberme mojado y no encontrar el té, le habría
reclamado a Dios mi mala suerte, pero seguía pensando en los ensayos de “La
Muerte” y “Los Dolores del Mundo” del polémico escritor alemán.
Ya
no es de mis preferidos Schopenhauer. No me gusta cómo describe a la mujer pese
a la época en que vivió (1788-1860). Pienso –conociendo pocos detalles básicos
de su vida- que fue un tipo arrogante e hipócrita que con generalizar al ser
humano procuró justificar sus vicios y frustraciones.
Aunque su grandeza consiste en que vociferó contra vivos, muertos y no nacidos, con una elegante crueldad que a la fecha sus afirmaciones son aceptadas o bien, causan heridas.
De
hecho opto más por uno de sus admiradores, Friedrich Nietzche, quien está mucho
más señalado y castigado y sus obras son más polémicas, habiendo ofendido menos
al animal más racional de todos.
A
uno de mis compañeros le compartí esta cita: “Todo bien, toda felicidad, toda satisfacción son
cosas negativas, porque no hacen más que suprimir un deseo y terminar una pena”,
la cual le pareció coherente y la comparó con el consumismo humano.
Pasaron
las horas y sin darme cuenta se secó el pantalón. Por momentos sentí que se me
irritaban los ojos e inflamación en la garganta, pero con las notas de
seguridad desaparecieron.
Ya
en la noche, tres de mis equipos deportivos tuvieron acción y todos fracasaron.
Los Celtics, que arrancaron la campaña 2013-14 de la NBA sin Paul Pierce ni
Kevin Garneth, dos históricos que se fueron a los Nets, y todo pinta para que
tengan un año desastroso, parecido al que sufren las Chivas, quienes volvieron
a perder y a arrastrar el prestigio en el Estadio Omnilife, 2-0 ante el Santos.
Y
la peor de las noticias, que apalearon a los Cardenales 6-1 para perder la
Serie Mundial en seis juegos. Sólo espero que el fin de semana el Liverpool dé
la campanada y derrote de local al Arsenal, en un partido fundamental para
mantenerse en la cima de la Premier League.
“El
día de hoy es malo, y cada día será más malo, hasta que llegue el peor”, se lee
en la página 82 del libro El amor, las
Mujeres y la Muerte y Otros Ensayos, de la desacreditada editorial Tomo. Una
hoja adelanté subrayé “El mundo es el infierno y los hombres se dividen en almas
atormentadas y diablos atormentadores”.
Esa
misma tarde terminé de ver un documental excelente, Facing Ali, y me pregunté si el referente de éste, Muhammad Ali, era un alma atormentada o
un diablo atormentador. Quizá su Mal de Parkinson, el cual padece desde hace
más de 25 años, concuerde con la primera opción, y por la manera en que en su
época dorada insultaba a sus rivales haya sido la segunda.
La
popularidad y el legado que dejó quien naciera bajo el nombre de Cassius Clay,
considerado como el mejor boxeador de todos los tiempos, es narrada en este
video por sus principales rivales bajo efectos nostálgicos, alegres y de
felicidad de cada uno de ellos; respecto a este último sentimiento, nuestro
autor menciona:
“La
felicidad está en lo futuro o en lo pasado, y lo presente es cual una nubecilla
oscura que el viento pasea sobre un llano alumbrado por el sol. Delante y
detrás de ella todo es luminoso, sólo ella proyecta siempre una sombra”.
¿Fueron
Alí y sus titánicos contrincantes felices, a pesar de que la mayoría estuvieron
involucrados con las drogas y crímenes que pagaron en la cárcel, además de padecer
problemas pasionales?
Salvo
George Chuvalo (canadiense de origen croata), George Foreman, Joe Frazier, Ken
Norton, Leon Spinks y Larry Holmes eran negros y su protagonismo en el deporte
de los puños (sin duda plasmaron la mejor época de todos los tiempos) mucho
ayudó a la lucha por los derechos civiles que exigían los ahora llamados afroamericanos,
donde Ali fue un gran referente.
Schopenhauer
menciona que el ser humano es violento, bélico y gusta destruir a los de su
especie.
Ali
lo hizo arriba del ring y sin embargo estuvo en prisión luego de negarse a ir a
la guerra contra Vietman, argumentando que no quería matar gente inocente que
no se burlaba del color de su piel, lo que sí hacían autoridades y personas de
su propio país.
¿Qué
pasará con la individualidad del tres veces campeón de los pesos pesados? ¿Es
tan miserable e insignificante?
Schopenhauer sentenció en su mundo que era un 2+2=4, sin multiplicaciones
ni divisiones, donde no había mujeres empresarias ni jefes homosexuales.
Mientras que Alí, un
monstruo nacido en 1942, le dio lógica a la libertad que siempre pregonó,
rompiendo fórmulas como las establecidas por el genio pesimista,
independientemente de si fue o no engañado por el Islam. “No quería ser líder,
sólo quería dejar de ser esclavo”, refirió el medallista olímpico en Roma 1960.
Son
las 02:07 horas del jueves 31 de octubre y no me siento enfermo pese haber ya
estornudado en dos ocasiones; no hice berrinches por lo mal que le fue a mis
equipos ni espero a que llegue un día peor. Quizá sea porque ya me gusten mucho
más las letras que los balones, pero no lo sé.
“En
el fondo, toda individualidad es un error especial, una equivocación, algo que
no debe existir; y el verdadero objetivo de la vida es librarnos de él”.
Arthur Schopenhauer
Otras
frases:
“Nos
conduce el pensamiento profundo de que hemos venido al mundo viciados, ya como
hijos de padres gestados por el libertinaje, y que si nuestra existencia es tan
mísera y tiene la muerte por desenlace, es porque continuamente tenemos que
expiar esta falta”.
“En la vida civil, el domingo representa el
aburrimiento y los seis días de la semana la miseria”.
Gracias por leerme... ASR