Si observamos con atención aquel
combate de abril de 2002, José Luis Castillo le ganó claramente siete asaltos a
Floyd Mayweather Jr., quien se presentó con 23 nocauts en 28 triunfos…
Si observamos con atención aquel combate
de junio de 2007 ante el británico Ricky Hatton, invicto y campeón welter FIB,
notamos que el “Temible” ya no estaba en condiciones para disputar cinturones
internacionales.
IMAGEN: DESDEELRING.COM
El viernes 28 de noviembre viajó
a Rusia y perdió ante el local Ruslan Provodnikov, en un combate que resultó
emotivo y en el que sacó la casta y exhibió las carencias defensivas de su
rival, aunque como estaba previsto, se impuso la potencia del europeo en el
quinto asalto, con un formidable KO.
Castillo no era el rival idóneo
para que el ruso demostrara que estaba vigente tras perder su cetro súper
ligero OMB de forma polémica ante Chris Algieri; en las 140 libras hay rivales
como Emmanuel Taylor, John Molina, Humberto Soto, Thomas Dulorme, por mencionar
algunos.
Pero sí era el indicado para que
Provodkinov mostrara sus condiciones de boxeador avasallador como ante Mike
Alvarado y los episodios en que Tim Bradley lo permitió; ante el mismo Bradley,
con Algieri y Mauricio Herrera demostró que no tiene piernas ni cintura.
Pero quizá la cuestión económica motivó al
sonorense a aceptar la desigual riña, una de tantas que ha habido este año,
entre ellas la de Gennady Golovkin ante Veneno Rubio. El hecho de ser mexicano
y su historial, fueron el complemento para el viaje a Rusia.
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Desde su combate contra el
“Hitman” inglés, en el que ya no pudo recuperarse de un gancho al hígado que
Hatton le aplicó al más puro estilo mexicano, Castillo realizó 16 peleas,
perdiendo ante eternos prospectos como Jorge “Marometiro” Páez y Alfonso Gómez,
y derrotó a desconocidos como Feliz Bojorquez e Iván Popoca.
Asimismo se midió a rivales de
baja calidad. En 2008 enfrentó a Roberto Valenzuela, quien ostentaba un
escalofriante récord de 50 triunfos, 47 derrotas y dos empates; aunque lo
noqueó en el round 6, dos años después le dio la revancha. Además enfrentó a Sammy
Ventura, con marca de 26-21, y a Carlos Urias, con 41-16.
El “Temible” no estará en el
salón de la fama, incluso, se encuentra un escalón debajo de ídolos como
Antonio Margarito y Fernando Vargas, dotados de la explosividad que caracteriza
al pugilista azteca, pero que perdieron combates claves para consolidar su
carrera.
En su primer enfrentamiento
contra Diego Corrales, en mayo de 2005 por la unificación de los cetros OMB y
CMB de peso ligero, Castillo fue el antagonista de la que quizá haya sido la
reacción más sorprendente y heroica: luego de ser enviado dos veces a la lona
en el décimo asalto, el “Chico” se levantó y contra las cuerdas descargó varias
combinaciones sobre el mexicano, y el réferi Tony Weeks optó por detener las
acciones.
Cinco meses después noqueó
contundentemente a Corrales, aunque la pelea entre ambos que todos recuerdan en
la actualidad sigue siendo la primera.
El boxeador que convenció al
“Money” de que solo corriendo podría plasmar su estilo, pues plantársele de
frente a cualquiera con buena pegada a partir de ligero, una división donde no
lucía tan grande, no era la mejor idea.
Ante Mayweather se presentó con
tres derrotas, dos de ellas ante el tapatío Javier “Chatito” Jáuregui, y en la
revancha Floyd lo dominó claramente, pero de haberse hecho justicia en el
primer pleito, la principal excusa de la carrera mercadológica del “Rey del
pago por evento”, su “invicto”, no tendría el impacto de hoy y sus ventas
serían mucho más bajas.
Es muy posible que Castillo, con
marca de 66-13-1, siga boxeando y su oposición sean peleadores como Ventura,
Urias y Valenzuela, pues el de Empalme, Sonora, lamentablemente pertenece al
círculo de guerreros mexicanos que no supieron administrar su carrera y subirán
al ring hasta que el cuerpo se los permita.