Con o sin su máscara de
alienígena, Bernard Hopkins sí es de otro planeta; de esto no quedó duda el
sábado 8 de noviembre, en la pelea que perdió su cinturones semipesados de la
FIB y la AMB.
Ante un rival 19 años menos viejo
que él, dos veces más fuerte y que vive su mejor momento, el otrora “Ejecutor”
subió al ring solamente a sobrevivir: ante los ojos de los tres jueces no ganó
un solo asalto.
Su rival, el voraz ruso Sergey
Kovalev, campeón FIB y OMB, se presentó con nueve nocauts consecutivos, muchos
antes del tercer episodio y ante oponentes invictos.
FOTO: TOMADA DE INTERNET
Con poco más de 10 años sin ganar
por KO, (Septiembre de 2004 ante Oscar de la Hoya, cuando obtuvo los cetros de
las cuatro divisiones mundiales en peso mediano), Hopkins apostaba a desesperar
al “Krusher”, ensuciando la pelea, manteniendo la distancia.
Sin embargo, su picardía y un
excelso juego de cuerdas que exhibió de poco le valieron ante paciencia,
certeza y potencia del ruso, quien lo estudió a la perfección y apenas en el primer episodio lo depositó en la
lona con un golpe sólido; desde temprano el “Extraterrestre” debió pensar en el
plan b.
“B-Hop” amarraba, daba codazos,
conectaba el jab, volado y salía, pero el europeo no se desesperó y en el
momento oportuno conectaba los siempre definitivos golpes de poder, que
tambalearon al estadounidense episodio por episodio.
El ruso lo estudió a la
perfección, sin duda invirtió muchas horas en observar los pasos del
quincuagenario e histórico Hopkins, quien al parecer se confió de que su
experiencia se plasmaría como cuando sorprendió y les quitó el invicto al
entonces peligroso Kelly Pavlik en 2008, o a un tibio Tavoris Cloud en 2013,
esta última pelea en la que se erigió como el boxeador más longevo en coronarse
en toda la historia del boxeo.
Para su desgracia, Kovalev dejó
en claro que no es un Antonio Margarito, un Brandon Ríos o hasta un Lucas
Matthysse, los tres voraces noqueadores, pero quienes han tenido complicaciones
ante oponentes que tan sólo les caminan bien sobre el ensogado.
El campeón e invicto en las 175
es más boxeador de lo que se cree. No nada más es su derecha de acero. Aquella
caída en el primer asalto ante el australiano Blake Caparello en agosto pasado
fue insignificante, un simple accidente, como las múltiples que sufrió Sergio
“Maravilla” Martínez con Matthew Macklin, o Mike García ante el boricua Román
Martínez.
Sergey debutó y se ha consolidado
en Estados Unidos, de hecho nunca ha peleado profesionalmente en su país,
aunque el campeonato lo consiguió en el Reino Unido, donde noqueó al local y
entonces invicto Nathan Cleverly para arrebatarle el cinturón OMB.
Sin contar los múltiples
“campeones” que considera la AMB en una misma categoría, a Kovalev, invicto con
23 KO y un empate en 27 combates, solamente el cetro del CMB que ostenta Adonis
Stevenson, a quien muchos quieren que unifique para repetir la hazaña de
Hopkins en las 160 libras cuando derrotó a De la Hoya: ser el único gobernante
de todas las categorías.
Aunque el mismo De la Hoya, socio
de Hopkins en Golden Boy Promotions, dejó entrever que el “Alien” se
enfrentaría al “Súperman”, quien tiene una pegada similar a la de Sergey.
Lo cierto es que Hopkins, a sus
49 años de edad y con marca de 55-7-2, ya no es campeón, se llevó la peor
golpiza de su vida, pero puede presumir que salió vivo ante una de las pegadas
más electrizantes en los semicompletos de todos los tiempos y podría
mentalizarse y aprender, como lo hacen los novatos.
Mucho se habla de que si esta
pelea hubiera sido con un Hopkins 10 años más joven sin dudas habría doblegado
al “Krusher”; no sé qué tan posible sea, pero de lo que estoy seguro es que
difícilmente Kovalev logre la mitad de la gloria que posee el gran Bernard.
No hay comentarios:
Publicar un comentario