5 de septiembre de 2015

Nuestras miserias echas zombis

Podría decirse que mi vida dejó de tener sentido en 2009; terminar la universidad no fue tan glorioso como creí, cargar con responsabilidades y la rutina casa-trabajo-casa-trabajo-bar-casa… de repente aburre y desde ese año he estado estancando en cuanto a avances tecnológicos y musicales se refiere: sé poco de apps, desconozco la misión que tienen los “geeks” y “gamers” en este mundo y la última gran artista que escuché desde sus inicios fue Adele.


Un tema que ha estado de moda en los años recientes, o quizá dejó de estarlo en 2013 y yo ni cuenta me di, es el de los zombis, principalmente en series, películas y videojuegos. Sé que existe The Walking Dead y que Brad Pitt protagonizó Guerra Mundial Z, la cual vi en televisión un año después de su estreno en cine, pero me aburrió a los 10 minutos y opté por ver Sangre por Sangre en Youtube (aún escucho música en YouTube, no sé usar Spotify), además mi sobrina me enseñó a jugar en el teléfono Plantas VS Zombies, o Zombies VS Plantas.
En Soy Leyenda, Will Smith interpreta a un militar que busca curar a unos monstruos que en apariencia podrían ser zombis

Lo único “zombi” en que realmente tengo referencia es en la ya muy lejana película Soy Leyenda, donde Will Smith interpreta a un militar. Lo que me llamó la atención de este filme es el antagonista, un hombre infectado por el virus que convirtió a la mayoría de los seres vivos de Nueva York en monstruos, quien al parecer es el líder de su grupo y detesta al ex Príncipe del Rap desde que éste capturó a una mujer zombi para tratar de curarla.

Y es esta ira, que a mi parecer es más de humanos que de monstruos, la razón de este escrito. Reitero mi ignorancia respecto a la vida social y estatus psicológico de los zombis, pero los percibo como seres desalmados, bloqueados, que agreden quizá sin la intención de hacerlo, inconscientes de sus actos, todo lo contrario al villano, cuyo único deseo o misión es aniquilar a Smith, y para lograrlo realiza estrategias dignas de un ajedrecista o capitán en campo de batalla.

“Nunca tomes decisiones estando enojado… (Corto la frase porque el resto no es necesario para este texto)”, reza el dicho, pero la verdad es que existen sociedades, muy bien organizadas, que basan su éxito en la ira, o que sobresalen a pesar del odio que siempre está presente durante su desarrollo, y heredarán estos impulsos negativos que serán adoptados con facilidad por las próximas generaciones.


¿Cómo podríamos convertirnos realmente en un zombi? ¿Se necesitarán venenos, bacterias alteradas intencionalmente para transformarnos en semejante atrocidad? ¿Nuestras almas vagarían en el cuerpo de una dimensión que no nos pertenece? Pienso que esta clase de criaturas fantásticas son una simple justificación, invenciones para eludir la responsabilidad de las flaquezas humanas.

Esta imagen pertenece a la película Dead Snow, una comedia donde los protagonistas son soldados Nazis 

 Pareciera que tomo muy en serio las historias ficticias, pero el punto a considerar es su origen, similar al de otros demonios que ideamos y los cuales pueden poseernos, o de las debilidades y maldiciones supuestamente derivadas por animales como serpientes, gatos negros, cuervos, caballos y lobos.

 Las catástrofes representadas en guerras, hambrunas y pestes también tienen culpables: cuatro jinetes de un supuesto apocalipsis, del cual no se especifica si es como el que causaron los romanos al conquistar Europa, Asia y África; los que provocaron Attila, Genghis Khan o los colonizadores europeos al arribar a América y Oceanía; al de las Guerras Mundiales, o incluso al apocalipsis actual que se vive en países como Siria, Palestina, Grecia y por supuesto, México.

A lo largo de la historia los humanos hemos buscado respuestas a nuestra creación, lo que nos vuelve vulnerables a las religiones que se nos impone, politeístas en un principio, y cuando las “mentes más brillantes” aprendieron a politizar a sus coterráneos, se optó por someterse a un solo Dios, tal vez para demostrar que sólo existe un camino correcto.

Y fueron los cultos y/o sectas, muchas de las cuales ya son religiones, quienes crearon a los santos y demonios; de los santos no trata este tema, aunque muchos de ellos son los encargados de juzgar y castigar al ser humano malvado o rebelde, el que necesita represalias como ser ahorcado o enviado a la hoguera para purificar su alma y borrar la maldad que lo poseyó y lo obligó a actuar de mal modo.

Quizá existen varios tipos de zombis y los infectados de Soy Leyenda no lo son realmente, lo que sí me queda claro es el mensaje de querer separar la maldad, algo así como sucedió en Dragon Ball con Kamisama, quien para poder convertirse en Dios, expulsó sus demonios que dieron creación a Piccolo Daimao (léase Pícoro Daimacú)… Es el único ejemplo que se me ocurre.

Quizá por aferrarnos a que existe la perfección es que creamos personajes ficticios como los zombis, ajenos a la “belleza humana”, que a decir de varias biblias somos lo más semejante a la imagen de Dios, y por la necesidad de sentirnos perdonados y en un futuro ser librados de maldad con la ayuda de un ser divino, cedemos ante las religiones.

Tanto en videojuegos como en películas, los humanos deben acabar con los zombies, y en ocasiones es divertido

La tecnología avanza drásticamente cada año, en los videojuegos Cristiano Ronaldo luce más real que en portadas de revistas con Photoshop. A pesar de tener al alcance de un clic miles de libros de historia y novelas que inspiran humanismo, en  pleno siglo 21 aún existen grandes oposiciones ante las diferencias sexuales, las guerras continúan, no hay respeto entre naciones y el desprecio racial se convierte en genocidios.

Y finalmente, las guerras contra los zombis son de humanos contra humanos, unos racionales, congruentes y sanos, que deben eliminar a los infectados, a los tercos que ya no tienen remedio ni salvación, como más o menos sucedía con la Santa Inquisición, o como actualmente actúa el Estado Islámico que busca consolidarse en Asia y África, y ha colapsado gran parte de Europa.


PD: incluyo la descripción de Wikipedia respecto a los zombies: Un zombi (en ocasiones escrito erróneamente con la grafía inglesa zombie) es la representación de un cadáver que de una u otra manera puede resucitar o volver a la vida. Muchas de las diferentes relaciones que se muestran con uno de ellos es una figura legendaria propia del culto vudú. Se trata de un muerto resucitado por medios mágicos por un hechicero para convertirlo en su esclavo. De acuerdo con la creencia, un houngan, bokor o hechicero vudú, sería capaz, mediante un ritual, de resucitar a un muerto, que quedaría sin embargo sometido en adelante a la voluntad de la persona que le devuelve a la vida. También, según la mayoría de la gente, dice que si eres mordido por uno de ellos te conviertes en zombi.

ASR

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