15 de junio de 2019

El lugar al que perteneces


El lugar al que perteneces

“Get back to where you once belonged”, dice el coro de un gran éxito de los Beatles, que traducido al español es más o menos “regresa al lugar al que alguna vez perteneciste”, y bien podría ser la descripción del camino para retornar a la gloria que han emprendido los Reds de la mano de su entrenador Jürgen Klopp.

En un año inolvidable, con refuerzos precisos como Xerdan Shaquiri, Naby Keita y los brasileños Fabinho y Alison Becker, más la consolidación de Virgil van Dijk, quien llegó en diciembre de 2017, se conformó un equipo contendiente a ganar tanto en la Premier League como en la Champions League.

Aún sin cicatrizar la punzante herida por caer en la Final de 2018 ante Real Madrid, parecía una temporada enfocada en las competiciones locales, cuando en enero se colocaron como líderes a siete puntos del Manchester City, y gracias a una gran atajada de Becker se evitó el empate ante Napoli en tiempo de compensación del último juego, calificaron milagrosamente a la siguiente ronda como segundo lugar; de haber igualado en ese partido, el pase habría correspondido al cuadro italiano, pues con apenas nueve puntos y la misma diferencia de dos goles a favor para ambos clubes, tras seis partidos en el Grupo C, la ventaja correspondía a Liverpool por haber anotado más.

Con los goles de Salah y Origi en Madrid, Liverpool derrotó 2-0 al Tottenham para conseguir su sexta orejona. 

En octavos tocó el siempre candidato Bayern Münich y en la ida se empató sin goles en Anfield, por lo que repetir la final y conquistar la “Orejona” se veía lejano debido a que los nueve puntos en la fase de grupos se consiguieron en casa y el conjunto teutón venía recuperando su gran nivel; con el equipo de Pep Guardiola pisándoles los talones en el primer puesto de liga, una brillante actuación de Sadio Mané dio el triunfo 3-1, demostrando que se le podía competir a cualquiera.

Un contundente de 4-0 en la ida ante Porto ya tenía al club pensando en las semifinales, pero más en cuál partido liguero los de Manchester podrían salir sin el triunfo, ya que un dolorosísimo 0-0 en Goodison Park significó perder el liderato y, por si fuera poco, en la Champions Tottenham sorprendió a los Ciudadanos, situación que les permitió, mejor dicho, los resignó a enfocarse en el bicampeonato de liga y ganar la FA Cup.

Las malas noticias seguían: salir goleados 3-0 del Camp Nou después de brindar una gran actuación, más la herida a los fans por el festejo de Luis Suárez, quien anotó su primer y único gol y generó el segundo de Lionel Messi, autor de la tercera anotación elegida como la mejor certamen, parecían ser el escenario del capítulo final de una obra trágica que plasmaba un año tirado a la basura; un día antes de buscar el milagro, el 1-0 del City ante Leicester, con un golazo de Vincent Kompany, se erigía como la estocada final para irse con las manos vacías.

La tercera fue la vencida para Klopp, a quien en Anfield ya lo comparan con Bill Shankley y Bob Paisley, los entrenadores más exitosos del club.


Pero más bien sirvió como inspiración para consumar una noche mágica y de antología en Anfield, con un juego redondo en el cual Klopp demostró su genialidad táctica y sin cracks como Mohamed Salah, Roberto Firmino e incluso Naby Keita, quien en marzo y abril por fin demostró su espectacular juego que lo tazó en 70 millones de libras; con Van Dijk, Jordan Henderson, Andrew Robertson y Mané como líderes, Origi tuvo un partido épico, y Wijnaldum, quien cometió varios errores en la ida, entró como relevo por “Andy” y marcó otro par en la segunda mitad para así eliminar 4-3 al Barcelona de Lucho y Coutinho, quien salió hace 18 meses de Merseyside de la peor forma con el fin de cumplir su sueño: ganar la Champions League, e irónicamente, desde que se fue los “scousers” han disputado las dos finales realizadas desde entonces.

Lo que no pudieron lograr Torres ni Suárez, se consiguió con un conjunto competitivo en todas las líneas. Pronto se olvidó la lamentable situación de Loris Karius, sin embargo sigue presente el resbalón del eterno Steven Gerrard, que en mayo de 2014 significó perder la Premier; esta campaña, el mano a mano errado por Salah ante Everton representó entregar la liga. Pese a este error, el “Rey egipcio” sigue siendo pieza clave y está demostrado de más que no se trata de un “one season wonder” como se le catalogó en su primera temporada. Fue una liga de 97 puntos, apenas uno menos que los logrados por el campeón celeste. Fue una competencia sensacional y formidable: nadie en Europa hizo más que estas dos escuadras inglesas.

Quedan varias dudas, como si debe llegar o no un nuevo delantero que pueda competir con el tridente Firmino-Salah-Mane. Daniel Sturridge arrancó espectacular, pero pronto quedó fuera de circulación, en tanto que Divock Origi, relegado a la Sub 20 y sin un equipo interesado en ficharlo durante el mercado invernal, supo ganarse un lugar en la banca, después exigió minutos y respondió con goles fundamentales, sobre todo en los dos últimos compromisos de Champions. Otro contraste fueron los mediocampistas Keita y Fabinho: el primero arrancó brillando pero se volvió predecible, hacía jugadas de más, se lesionó y tardó en dar asistencias y anotar, mientras que el sudamericano debutó dos meses después del inicio y en diciembre ya era pieza clave; de hecho terminó siendo factor para destruir el ataque de Barcelona y Tottenham.

Es cierto que el fútbol ya no es tan explosivo y espectacular como hace dos años, cuando recién llegó Salah y arrancó a un gran nivel, y en la delantera se contaba con Coutinho; también es cierto que las últimas tres finales de Liverpool han sido aburridas, pero el “Milagro de Estambul” es eterno y con el estratega alemán al mando, la posibilidad de cumplir sueños es altísima.

Klopp, tras una temporada fantástica, con Guardiola como rival será más complicado defender el reinado europeo, por lo que debe planificar a detalle y conseguir cuatro de los seis puntos que disputará de forma directa ante los Citizen, porque queda pendiente ganar la Premier League y hay dos grandes factores determinantes:

Qué tan en serio se tomará el DT catalán la Champions, quien debe asumir el compromiso tras dos descalabros consecutivos en cuartos y al menos aspirar a las semifinales, lo que implica más desgaste y sacrificar puntos de la Premier League, porque aunque vuelva arrasar en torneos locales, los jeques (su afición irrelevante no tanto) ya exigen la “Orejona”.

Y el más importante, conseguir un par de refuerzos, que bien pueden conseguirse desde las reservas como Rian Brewster, Rafael Camacho, Ki-jana Hoever o Harry Wilson para darle más rotación al equipo y evitar lesiones en la zona defensiva y mediocampo que tanto afectaron, como fueron los casos de Joe Gomez, Joel Matip, Dejan Lovren, Trent Alexander Arnold, Henderson, Keita y el siempre lastimado Adam Lallana.

Terminar con 30 años de sequía en la liga es el siguiente reto de Salah, Mane, Firmino, Van Dijk, Allison y compañía.

En Inglaterra dan por hecho que Klopp, el genio que ha acertado en cada fichaje (ninguno llegó con la etiqueta de súper estrella que ahora tienen e incluso se cuestionaron los altos costos de algunos) se enfocará en ganar la Premier League, la primera en este formato pero la número 19 considerando los más de 120 años de historia de la competición y acercarse a un solo título al Manchester United, el máximo ganador, y ahora sí poder cantar al ritmo del cuarteto de Liverpool “Get back to where you once belonged” que bien podría convertirse en un nuevo himno que los fanáticos canten en The Kop y en cualquier parte de Anfield Stadium.

ASR

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