22 de noviembre de 2013

El ignoto rey Ward

André Ward domina a la perfección el ring, donde se mueve como un león en la sabana. Cuando pelea, son raros los dardos que desperdicia. Amarra, retrocede y sale de las cuerdas. Es un maestro del box.

Ya sea por lesiones o circunstancias de sus probables oponentes, este sábado regresó luego de 14 meses, pues no combatía desde septiembre de 2012, cuando dominó de inicio a fin a Chad Dawson, a quien noqueó en 10 asaltos en la que probablemente ha sido la mejor exhibición de su carrera.

IMAGE: KNOCKOUTNATION.COM

Esta ausencia no fue inconveniente para comprobar su poderío ante Edwin Rodríguez, quien fue exhibido pese a que trató de deslucir la pelea desde el comienzo amarrándose, aunque rápido se desesperó y sólo le quedó boxear y luego fajarse, siendo opacado en ambas.

 ¿Por qué no es popular pese a ser, quizá, el campeón con más meritos y uno de los púgiles más completos?
Su apodo, “S.O.G.” (Son of God), poca relevancia mediática tiene, y más si se le quiere comparar con quien se hace llamar “Money” y ha consolidado su carrera y notoriedad a través de una falsa fanfarronería.

Su personalidad va de acuerdo con la postura extra profesional que ejerce -devoto cristiano-, además que ha sido catalogado por sus rivales y la prensa como un peleador sucio, situación que no sucede con Floyd Mayweather ni con su barata imitación, el campeón welter Adrien Broner, quienes no dudan en aplicar marrullerías arriba del ring.

El californiano barrió con el súper six de los súper medianos en 2011, derrotando claramente a monstruos como Carl Froch, Arthur Abraham, Mikkel Kessler, entre otros, contrario a Mayweather, quien se dedica a enfrentar boxeadores acabados, lacerados o a modo, siempre en condiciones siempre favorables a él.

Incluso su récord es, podría decirse, modesto, -27 peleas, 14 nocauts-, si tomamos en cuenta que ya tiene 29 años y lo comparamos con Saúl “Canelo” Álvarez, quien tiene 15 peleas más pese a ser menor por siete años de edad.

Difícilmente “S.O.G.”, que además ganó medalla de oro en Atenas 2004, retaría a peleadores más chicos o fijaría un peso preciso, como las polémicas 152 libras que exigió Mayweather a “Canelo”.

Poder, inteligencia, clase y humildad. Pocos afroamericanos poseen estas características en las categorías grandes, pues quienes ejercer estas condiciones militan entre los pluma y welter.

Aún se le acusa de ser sucio y aburrido, pese a que en sus últimas batallas ha tenido que zafarse de los abrazos y lidiar con cabezazos que provocan intencionalmente sus rivales e incluso, es él quien busca el nocaut.

Lamentablemente su error principal se debe a su poca actividad (tres combates desde diciembre de 2011), lujo que sólo grandes taquilleros como el siempre mencionado Mayweather o Manny Pacquiao pueden darse.

Tras derrotar al dominicano mencionó que le interesa enfrentar a Julio César Chávez, quizá buscando, a parte de una extraordinaria bolsa, darse a conocer en diversos países y dejar en claro que está para ser considerado el mejor libra por libra.

De darse esta pelea, seguro competiría contra Canelo-Mayweather no en rating, pero sí en cuál sería más desigual. Y si después de que sucediera esta alta probabilidad la clase de Ward siguiera en el abismo, entonces sí no entendería a los fanáticos boxísticos.

Gracias por leerme... ASR



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