6 de marzo de 2014

Las dudas que despejó el 'Siri'

Orlando Salido no nada más demostró la gallardía y dignidad de un boxeador mexicano, sino de paso demostró que, salvo que se trate de una súper estrella como Guillermo Rigondeaux, la diferencia entre el boxeo profesional y el amateur aún es abismal.

FOTO: REUTERS

El haber perdido el cinturón en la báscula no significaba que se lo regalaría a Vasyl Lomachenko, quien partía favorito en las apuestas debido a sus logros en Olimpiadas, en las que contabilizó dos medallas de oro.

Fue combate de un solo lado, pese a la engañosa decisión dividida, hasta el décimo round, cuando el desgaste del mexicano por no haber dado el peso se hizo notable y en el último asalto el ucraniano pudo haberse llevado el triunfo con un nocaut, aunque la experiencia del “Siri” se reflejó.

Fuera de eso, por momentos Lomachenko parecía perdido, sin saber cómo reaccionar a los ataques del sonorense ni cómo pararse, ni fajarse o correr, y sólo recurrió a los abrazos.

Al europeo de 26 años le queda mucho por aprender si desea contener por el cinturón que no pudo conseguir apenas en su segunda pelea como profesional,  y tras el anuncio de que Salido subirá a las 130 libras es una incógnita lo que sucederá con el cinturón pluma del OMB.

Rigondeaux en 2013, ya siendo campeón y con tres años en el profesionalismo, se midió al explosivo Nonito Donaire, considerado entre los mejores cinco libra por libra y a quien le dio una solemne cátedra desde la primera hasta la última campanada.

Pese a la clase demostrada del cubano, el favorito era el “Filipino Flash”, quien aunque es más joven tiene más experiencia sobre el “Chacal”, y ahora que Lomachenko fue considerado superior a Salido quedó claro que únicamente una figura de talla mundial puede llegar del amateurismo para descoronar a un monarca.

Gracias por leerme... ASR

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