Cuando Julio César Chávez se
enfrentó a Pernell Whitaker, en septiembre de 1993, los jueces que calificaron
empate en esa pelea, le hicieron un gran favor al boxeo.
En aquel entonces, el mexicano se
erigía como el boxeador más carismático del mundo y buscaba la proeza de
coronarse en peso welter ante un rival que cumplía con todos los requisitos de un
antagonista: fanfarrón, con un estilo defensivo pulcro, de ataque reservado y
sobre todo, un tipo que sabía cuándo y cómo ensuciar las peleas, enemigo de
brindar espectáculo para el público.
En pocas palabras, Whitaker era
el equivalente a lo que hoy es Floyd
Mayweather Jr., y sin duda, su exitosa carretera mucho ha influido en el método
extremadamente defensivo que hoy practican la mayoría de los afroamericanos. Contra
Chávez, más que el cinturón CMB de las
147 libras, estaba en juego ser el mejor libra por libra, ya que Mike Tyson se
encontraba en la cárcel.
Aquel “megacombate” no cumplió
con las expectativas y decepcionó a los aficionados, más por el estilo que
mostró el estadounidense que por la inefectividad de la estrategia del
sonorense. En los medios norteamericanos y de países como Puerto Rico se habló
de un robo, asegurando que se protegió la calidad de invicto de Julio César.
El motivo principal de las
acusaciones fue que dos jueces anotaron 115-115, es decir, en algún round
puntuaron 10-10 en lugar del tradicional 10-9 a favor de alguno de los contrincantes;
cualquiera que haya sido el motivo, rememoro este combate porque en ciertos
aspectos, podemos compararlo con la “Pelea del Siglo” que sostuvieron el sábado
Floyd Mayweather Jr. y Manny Pacquiao.
Manny Pacquiao tropezó ante el sello que carcateriza al "Money": la táctica defensiva
FOTO: SHOWTIME
La mayoría de los expertos vieron
ganar claramente al “Money” debido a que el filipino apenas pudo inquietarlo en
tres o cuatro episodios, y el resto del trámite se desarrolló a placer de
Floyd. Pero en los 90, correr y lucir un ataque mediocre era insuficiente para
derrotar al consentido del público.
Más de 20 vueltas completas ha
dado el planeta desde entonces y el boxeo ha cambiado en México y en todos los
continentes, tanto, que hasta parece otro deporte, y ahora los abucheos para
Mayweather, quien peleó en su casa, nada impactaron al jurado, en tanto que al
juez muy poco le importó la forma en que el pelador local ensució la pelea
cuando se imponía el ataque de su rival.
El 2 de mayo, en el MGM Gran de
Las Vegas no nada más perdió el último ídolo internacional, sino el boxeo en
general. Se comprobó que se rige la mercadotecnia, que al igual que el futbol,
predominan los grandes sueldos sobre el espectáculo.
Las peleas memorables de los últimos años han sido un poco espontáneas, como fue el caso de las trilogías Arturo Gatti-Micky Ward y Marco Antonio Barrera-Erick Morales, así como los pleitos que sostuvieron estos dos últimos ante Pacquiao, o peor aún, las han estelarizado boxeadores que quizá no entrarán al salón de la fama y difícilmente lleguen a recibir un pago de primer nivel, como ha sido el caso de Rafael Márquez e Israel Vázquez, quienes se enfrentaron en cuatro sangrientas batallas, o recientemente Ruslan Provodnikov y Lucas Matthysse, cuyo excepcional combate no fue visto ni por un cuarto de los que presenciaron la aburridísima “Pelea del Siglo.
Las peleas memorables de los últimos años han sido un poco espontáneas, como fue el caso de las trilogías Arturo Gatti-Micky Ward y Marco Antonio Barrera-Erick Morales, así como los pleitos que sostuvieron estos dos últimos ante Pacquiao, o peor aún, las han estelarizado boxeadores que quizá no entrarán al salón de la fama y difícilmente lleguen a recibir un pago de primer nivel, como ha sido el caso de Rafael Márquez e Israel Vázquez, quienes se enfrentaron en cuatro sangrientas batallas, o recientemente Ruslan Provodnikov y Lucas Matthysse, cuyo excepcional combate no fue visto ni por un cuarto de los que presenciaron la aburridísima “Pelea del Siglo.
Sin disputar ningún título de por medio, Micky Ward (izq.) y Arturo Gatti (der.) paralizaron al mundo boxístico con tres sorprendentes peleas entre 2002 y 2003
FOTO: EDMUNDHOLLAND.COM
Y fueron las tres épicas peleas
entre Barrera y Morales lo que resucitó al boxeo mexicano tras la partida de
Chávez, y nuestro país volvió a brillar en los primeros planos con Juan Manuel
Márquez, pero ahora que Julio César Chávez Jr. y Saúl Álvarez son vistos como
un fraude, es difícil enfilarse por un ídolo que vuelva a catapultarnos.
Perdió el boxeo este 2 de Mayo. Quizá
Pacquiao se conformó con la bolsa de 80 millones de dólares, o quizá su carrera
se encuentra en la recta final... La respuesta no la sabemos ¿Habría podido
derrotar a Mayweather en 2010? Hace 15 días, yo aseguraba que hasta lo
noqueaba… ahora lo dudo.
Cuando Chávez se enfrentó a
Whitaker su récord marcaba 87-0-0 y muchos lo demeritaban porque sus primeros
50 peleas fueron ante taxistas (así decían en Nueva York y Puerto Rico). Ahora
que hay quienes cometen la blasfemia de posicionar a Mayweather como el mejor
de la historia (¡Sí, de la historia, por encima de Muhammad Ali, Jack Dempsey y
Sugar Ray Robinson!), no mencionan sus cuestionados combates ante José Luis
Castillo y Oscar de la Hoya.
Abner Mares (izq.), actualmente sin corona, ya fue campeón gallo, súper gallo y pluma; J.F. Estrada (der.) brilla en la categoría mosca y ostenta los cetros OMB y AMB
FOTO: TOMADA DE INTERNET
En esta nueva era, porque Floyd también va de salida, ¿con
quién podemos ilusionarnos?
En México, nuestros últimos
multicampeones, Abner Mares y Juan Francisco Estrada emplean un método
contragolpeador, alejado al clásico fajador azteca, y José “Chon” Zepeda, quizá
el mejor prospecto, para ser campeón primero deberá afianzarse en súper ligero,
pues la categoría welter, a mi gusto la más complicada de la actualidad, es
casi imposible coronarse en este momento, salvo que se conforme con el
interinato AMB que ostenta Andre Berto.
Aunque nació en Estados Unidos, "Chon" Zepeda, de padres mexicanos, reside en Tijuana y representa a nuestro país
FOTO: AZTECA DEPORTES
A nivel internacional resalto a Terence
Crawford, quizá el pugilista más completo desde Oscar de la Hoya, pero tan
intrascendente como lo es actualmente Andre Ward, y a Keith Thurman, un peleador
que devora a sus rivales, siempre y cuando le peleen de enfrente, pues es
incapaz de descifrar a los estilistas.
En Japón ha nacido un fenómeno
llamado Naoya Inoue, un noqueador nato y quien a sus 22 años ya es campeón en
dos divisiones, aunque lamentablemente
pertenece a los pesos chicos, como el nicaragüense Román “Chocolatito”
González… y digo lamentable porque son categorías que interesan muy poco al
público y nada a los promotores.
Tras un brillante 2014 donde se coronó en peso ligero, Terence Crawford (izq.) subió una categoría y de inmediato volvió a ser campeón; Japón espera reinar en el mapa boxístico con Naoya Inoue (der.)
FOTO: TOMADA DE INTERNET
Sin embargo, los cubanos siguen
saliendo de su isla y ganando campeonatos, pues saben frustrar a la
perfección a quienes se van a lógica de
“recibir con tal de golpear” con su típica ecuación de predicar “el arte de
pegar y que no te peguen”, la cual rige esta nueva era boxística que comandan
los estadounidenses.
Veo a Floyd Mayweather y por mi
mente pasan dichos populares como “el que no transa, no avanza”, o pienso en un
político contemporáneo, demagogo, que se gana el voto de la gente con una
canasta básica o un lonche y un frutsi. Ese es el imperio actual.
Medallistas de oro olímpico, Erislandy Lara (izq.), Guillermo Rigondeaux (centro) y Yuriorkis Gamboa (der.) consiguieron oro olímpico ya han sido monarcas en el boxeo profesional
FOTO: ESPN
No creo que Floyd sea parte del
cáncer del boxeo, pero de lo que estoy seguro es que los fanáticos del boxeo
clásico amamos las historias fatídicas del ídolo que nace en la calle, se hace
famoso en los bares y termina loco porque siempre dio la cara para satisfacer a
su pueblo.
Es el estilo de Floyd Mayweather el que marca la pauta en la actualidad
FOTO: SHOWTIME
Muy contrario es el caso de quienes sólo pelean para su legado, sin importarles que se demerite el show, el cual parece que ahora debemos definirlo como “el arte de darle un golpe al rival, abrazarlo hasta tres veces seguidas y correr por todo el ring lo que resta del round y así convencer al juez de que ganaste el asalto”, situación que me hace creer que en el reinado de Mayweather, quien pierde es el boxeo y no nada más sus rivales.
ASR
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