Kell
Brook subió al ring de la Arena O2 convencido de lograr una proeza, ante la
misión titánica que se avecinaba: tras realizar la mejor preparación posible,
su fortaleza corporal correspondía con su semblante colmado de presunción.
Incluso su estatura y haber registrado más tonelaje en la báscula que su
oponente durante las semanas previas al combate y en la ceremonia del pesaje,
daban una señal de que la diferencia de divisiones no importaría en esta
ocasión.
El
“Special One” fue recibido por su público como si se tratara de un noble
caballero inglés, o bien del pirata más intrépido, capaz de vencer a un temible
invasor proveniente de un lejano territorio euroasiático, a quien ningún
peleador “de su pelo” quiso enfrentarlo, y para desgracia de los británicos,
Gennady Golovkin era el único guerrero capaz de someter a Brook en esa fría
noche londinense.
Sonó
la campana y Kell atacó de inmediato. En sus primeros tres ataques demostró ser
más rápido de manos y piernas que su contrincante, situación que lo motivó a no
retroceder en su objetivo de generar daño. Los aplausos retumbaron en la Arena
O2, pues el gladiador de casa logró
poner en apuros desde el inicio a semejante monstruo.
Golovkin demostró en su primer ataque que su potencia es letal para cualquiera. FOTO: ESPN
Pero
apenas en el primer intercambio, “GGG” conectó sus mejores golpes: el derechazo
descendiente carente de técnica, parecido a un hachazo de un verdugo, como con
el que derribó al “Veneno” Rubio tras colocárselo en la sien (con Brook se
impactó en la frente); un “falso jab” izquierdo que en realidad es un recto
repleto de poder, y el más conocido: el gancho al hígado, aquel que, según
Julio César Chávez -uno de los mejores ejecutores de este método-: “te dan
ganas de ir al baño al recibirlo”.
Para
fortuna del oriundo de Sheffield, este último golpe entró apenas rosando; aún
así, lo tambaleó y debió amarrarse del cuerpo de su rival para no caer ni
recibir más castigo. Estaba claro: ser más veloz de piernas y manos significaba
poco a su favor. Por momentos parecía estar en igualdad de condiciones.
Acertaba sus golpes y se movía, pero no lograba esquivar todos los puñetazos de
acero del kazajo.
El inglés no quiso decepcionar a su gente y en el segundo
asalto colocó buenos ganchos de izquierda y encontró la distancia. Gennady
pareció desesperarse porque sus golpes quedaban en el aire y un tanto frustrado
esperó a que se completaran los tres minutos para ajustar otro plan de ataque.
Con valentía, “Special One” siguió atacando, hasta que un
golpe laceró su párpado derecho, y desde este momento, el combate se realizó
sobre las cuerdas, con Golovkin apuntando al ojo lastimado. En el cuarto asalto
Brook realizó lo que mejor ha hecho en toda su carrera: caminar el ring y
lanzar el jab en el momento ideal para después amarrar al rival y
contragolpearlo con varias combinaciones.
Aunque no bajó los brazos en ningún momento, Kell Brook no pudo dañar al kazajo. FOTO: MIRROR.CO.UK
En el quinto episodio, otro gancho al hígado desestabilizó a
Kell, quien quedó encerrado en el encordado y con la visión nublada por la
hinchazón, ya no se defendía tan bien como antes. Al notar que el ataque del
kazajo se centraba en el ojo derecho, y sabedores de que su héroe tendría pronto
otra oportunidad para consagrarse ante rivales de menor calibre, la esquina del
boxeador local decidió que era momento de abandonar la contienda.
Pero no fue una rendición fácil. Por más de 10 segundos el
entrenador Dominic Ingle agitó la toalla, sin que el réferi Marlon Wright lo
notara. Y es que, a pesar del castigo, las piernas de Brook no tambaleaban y su
jab aún respondía, aunque más por instinto que por buscar contrarrestar a
Gennady.
Fuera del ring, una persona, al parecer el médico, trataba de
indicar sobre la rendición, pero hasta que, en su desesperación, Ingle lanzó la
toalla a la lona, Wright se dio cuenta de la situación y paró la pelea. Brook,
como todo guerrero, reclamó a su esquina, aunque de inmediato le señalaron su
ojo lastimado y lo atendieron.
Golovkin realizó ese saludo peculiar, similar al de los
japoneses karatecas, aunque en lugar de las manos juntas en posición de rezo, él
muestra tímidamente su guante derecho mientras se inclina. Las más de 20 mil
almas callaron y Golovkin reconoció a su rival, y lejos de aclamar su labor, en
la entrevista subrayó que Brook venía de peso welter, donde dominaba y marchaba
invicto, pero debió subir 13 libras para enfrentarlo.
Esta victoria representó la primera defensa de “GGG” del
cinturón CMB mediano y la tercera del de la FIB; la AMB, donde es campeón desde
2010 y acumula 15 defensas, no permitió que se disputara para esta pelea,
disque por no estar en igualdad de condiciones. Su sorprendente récord ahora
queda en 36 (33KO)-0-0 y aunque ya cuenta con 34 años de edad, el ocaso de su
carrera se vislumbra lejano.
No hay duda: el rey de los medianos, y quizá de los libra por libra, es "GGG" FOTO: ELITECAPITALLENDERS.COM
Mientras
que Brook, de 30 años y quien al perder el invicto ahora registra 36
(25KO)-1-0, mencionó que batallaba al marcar las
147 libras, por lo que la lógica indica que en su regreso será en 154, para
retar a campeones como los gemelos Charlo o al mismo Saúl “Canelo”, Álvarez,
quien muy probable se refugiará en la división súper welter hasta que GGG
decida subir a súper mediano. Tras la revisión médica en el hospital, se
informó que el inglés sufrió una fractura en el
pómulo derecho que lo dejaría fuera un año del ring.
El invasor amenaza con quedarse en la isla británica, donde
ya planea enfrentar a Chris Eubank Jr. o Billy Joe Sanders, dos de los
boxeadores que lo esquivaron antes de que se concretara la pelea con Brook. Golovkin
lució como un robot soviético destructor; Sylvester Stallone bien podría
inspirarse en él para crear otra película derivada de “Rocky”, y la trama
trataría de un androide generado con células de Iván Drago.
Es verdad que ahora lució magistral ante un rival que subió
de división, pero Kell dominaba en las 147, y no se puede compararlo con Amir
Khan, el último rival de “Canelo” y cuya mandíbula frágil ya había sido
evidenciada ante rivales intrascendentes en las 140 libras, siendo noqueado en un
par de ocasiones. Y Brook no cayó a la lona, como sí lo hicieron los últimos 22
que han enfrentado a Golovkin, en peso medio. Aunque no sea el tema y el mismo “GGG”
ya quiera darle vuelta a la página, Álvarez no es rival para el kazajo.
ASR
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