A pocos minutos de que iniciara
el combate que disputaron José Carlos Ramírez y Amir Imam por el cinturón de
peso súper ligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), estalló el “breaking new”
de que en una de las peleas coestelares de esta función realizada en el Madison
Square Garden de Nueva York, se concretó “la sorpresa del año”: Félix Verdejo,
el “Diamante” predilecto, el más apreciado -y talvez el más sobrevalorado- de
Puerto Rico, al menos en la última década, había perdido el invicto.
Apenas una semana anterior, en
redes sociales se alertó que Óscar Valdez combatió siete rounds con la quijada
fracturada contra Scott Quigg, en lo que sin duda resultó ser la mejor pelea de
lo que va del 2018. El ídolo de Nogales, Sonora pagó un altísimo costo en la
cuarta defensa del título mundial pluma de la Organización Mundial de Boxeo
(OMB), situación que generó dudas respecto a si será capaz de resistir el mismo
castigo cuando se mida a otros campeones y oponentes mejor posicionados, como
Gary Russell Jr., Leo Santa Cruz o Carl Frampton.
Mucho antes de debutar como profesionales, Valdez y Verdejo ya eran considerados a ser las próximas estrellas de sus países, situación que muy pocos mexicanos y boricuas han podido "presumir".
¿Está en declive la carrera de
estos extraordinarios atletas? Para entender lo que representan en el mundo boxístico,
debemos remontamos al verano del 2012, durante la celebración de los Juegos
Olímpicos de Londres, cuando ni Verdejo ni Valdez habían debutado como
profesionales y aterrizaron al suelo británico como serios candidatos a
conseguir medallas para sus respectivas naciones, aunque ninguno lo logró.
Otra decisión polémica, como
sucedió en 2008, marginó a Óscar de avanzar a las Semifinales, ya que según los
jueces fue superado por el irlandés John Joe Nevin, esto en la división gallo,
mientras que el “Diamante” también cayó en la fase de Cuartos de Final, pues poco
pudo hacer ante Vasyl Lomachenko, considerado desde entonces entre los mejores
boxeadores olímpicos de todos los tiempos, y como se tenía previsto, obtuvo la
presea dorada de peso ligero.
Tras concluir Londres 2012, Bob
Arum se adelantó a Oscar de la Hoya y demás promotores para firmar, junto con
Lomachenko, a ambos prospectos. Los tres se perfilaban como las estrellas casi
inmediatas de Top Rank. El 3 de noviembre debutó Valdez, a los 21 años, y un mes después Verdejo, de 19, a quien de
inmediato, por su clase y velocidad, se le comparó con Félix Trinidad, el
puertorriqueño más espectacular y carismático de los últimos 30 años, por
encima de nombres como Héctor Camacho y Miguel Cotto.
En tanto, el sonorense demostró
ser el típico guerrero azteca, que acepta recibir tres jabs y dos volados, con
tal de conectar un poderoso recto, o un pulcro gancho al hígado, que le dé el
triunfo. A pesar de pertenecer a distintas categorías, Valdez en pluma y Verdejo
en ligero, se especuló un combate entre ellos, para realizar una edición más de
la madre de todas las guerras boxísticas: “México VS Puerto Rico”.
El sonorense no lucía tan
dominante en sus combates como el boricua, quien terminaba con el puño en alto
tras propinar espectaculares nocauts a sus rivales, la mayoría de ellos
mexicanos, pues sus promotores, bajo la complicidad de muchos medios de la
“Isla del Encanto” y Estados Unidos, se esforzaban para bautizarlo como el
enésimo “matamexicanos”.
Ante el "Bam Bam" Nájera, Verdejo demostró que no era intocable y que debía pulir su talento.
Bajo esas premisas, y siendo
teloneros de figuras como Manny Pacquiao y Terence Crawford, en un abrir y
cerrar de ojos volaron el 2013 y 2014. Para la segunda mitad del 2015 ambos
tuvieron su primera prueba de fuego: Iván Nájera, un joven de la misma edad del
“Diamante” y con muchos simpatizantes en su natal San Antonio, Texas, se
presentó con marca de 16-0-0 y aunque Verdejo dominó de inicio a fin el
combate, realizado en junio, recibió un par de golpes que exhibieron su
vulnerabilidad defensiva y fue incapaz de noquearlo. En contraste, Valdez se
midió en septiembre al ex contendiente Chris Avallos, al cual noqueó cinco
asaltos, para demostrar que no era ningún boxeador mediático ni protegido, como
empezaban a decirle.
Los dos cerraron el 2015 con
combates de mera exhibición, y arrancaron el 2016 con retos más llamativos.
Ahora se trataba de un ex campeón el oponente de Oscar, el ruso Evgeny
Gradovich. Una actuación brillante le valió exigir a gritos un cinturón mundial
y de paso posicionarse un escalón encima de Verdejo, quien derrotó a otro
invicto, ahora al brasileño William Silva, quien tampoco demostró estar a la
altura de su marca de 16-0-0, y con su poco boxeo logró hacer ver mal al
afamado boricua.
Oscar Valdez demostró ante Gradovich que portaba el mismo ADN de los más grandes guerreros mexicanos.
A Valdez le llegó su oportunidad
por el campeonato vacante de la OMB. Su oponente, el argentino Matías Adrián
Rueda, no era conocido fuera de su país, pero alertaba con su marca de 26-0-0,
23 KO. Sin embargo, Valdez lo arrolló y le propinó un espectacular nocaut en
apenas el segundo asalto, y 5 meses después, realizó una muy buena primera
defensa mandatoria contra el japonés Hiroshige Osawa.
Para Verdejo continuaron las
dudas. Ante Juan José Martínez y José Luis Rodríguez, dos oponentes totalmente
desconocidos, los boricuas lo único que celebraron es que se trataba de
boxeadores aztecas.
En 2017 solo realizó una sola pelea,
que significó un reto mayúsculo: el nicaragüense Oliver Flores, quien perdió
con el japonés Takashi Uchiyama su oportunidad de coronarse. Félix inició bien,
pero a mitad del combate se cansó y a punto estuvo de irse a la lona en al
menos dos ocasiones durante los rounds finales. A pesar de que un juez anotó
99-91 a su favor, varios analistas vieron ganador al centroamericano.
Una lesión en la mano derecha,
más un accidente en motocicleta, ausentaron a Verdejo 13 meses del cuadrilátero,
cuando se contemplaba una pelea con Terry Flanagan, entonces campeón ligero de
la OMB, o con Raymundo Beltrán. Incluso iniciaron los rumores de que Félix ya
no contaba como un “Diamante” para Arum. Después de ser el plato fuerte de
varias funciones en Puerto Rico y Nueva York, reapareció en la antepenúltima
contienda de la función, donde se enfrentó a Antonio Lozada, un rival en
apariencia a modo para lucirse e incrementar su número de víctimas mexicanas.
De nueva cuenta la recta final,
de una pelea pactada a 10 asaltos, Verdejo lució cansado y en esta ocasión sí
visitó la lona en el último capítulo y el réferi detuvo las acciones. El público
boricua enmudeció: era la primera vez que uno de sus grandes ídolos perdía ante
un mexicano totalmente desconocido, quien tras ser noqueado en 2011 por el
entonces también prospecto Roberto “Massa” Ortiz, deambuló por el anonimato de
arenas y palenques de Sinaloa y Baja California, hasta que llegó esta oportunidad
que no desaprovechó.
Valdez y Verdejo son dos carreras que parecen pender de un
hilo, pero también se trata de dos extraordinarios gladiadores que aún pueden
ajustar errores y alcanzar la gloria.
Oscar ya es un sólido campeón, pero quedó muy dañado en tres guerras
épicas consecutivas.
“A la hora de estar en el ring la
amistad la amistad sale volando por la ventaja, yo le voy a querer arrancar la
cabeza y él a mí también. O come su familia o come la mía”, dijo Valdez en una
entrevista que le realizó mi “Cuai” Alejandro Reos, en una respuesta que bien
podría definir la actitud guerrera de Valdez, que le ha ganado miles de
aplausos, pero casi el mismo número de lesiones innecesarias, o al menos
evitables para un boxeador de su nivel.
En estas condiciones terminó Valdez ante Quigg, a quien dominó sin dificultades antes del quinto asalto, cuando intercambió golpes en corto y se fracturó la quijada.
Y Verdejo, quien agoniza de amor propio y
perdió demasiado en presentaciones intrascendentes, debe reconocer que el
puesto del más consentido de Boriquén ya no le pertenece. Jóvenes como
Christopher “Pitufo” Díaz o Janthony Ortiz ocupan su lugar de promesas; tiene
el ejemplo de McWilliams Arroyo, quien se recuperó de sus derrotas con Amnat
Ruenroeng y Román “Chocolatito” Martínez, para volver a ponerse en la lista de
aspirantes a un campeonato mundial.
Lomachenko, de 30 años, quien
irónicamente fue el primero en perder el invicto de los tres que firmaron con
Top Rank tras aquel verano del 2012, hoy es considerado como el mejor libra por
libra de la actualidad; Valdez, de 27, es de los consentidos en México y
Estados Unidos, su nivel alcanza para consolidarse como ídolo, pero el castigo
que ha recibido en sus últimos tres combates es digno de analizarse. En tanto
que Verdejo, a sus 24 años, simplemente perdió el invicto y su carrera, si él
lo decido, apenas puede comenzar.
ASR
No hay comentarios:
Publicar un comentario