11 de diciembre de 2013

A un año del KO más sorprendente que he visto

(El domingo 9 de diciembre de 2012 comencé a escribir esta nota con la intensión de volver a publicar en el blog. Sin embargo, debido a la emoción que aún sentía, además de que no sabía por dónde empezar ni cómo concluir, simplemente no pude. A un año de la espectacular victoria que consiguió Juan Manuel Márquez la publicaré tal cual la dejé...así, sin título).

FOTO: TECATEBOX.COM


El grotesco título de “Campeón de la Década” que fabricó Bob Arum en los últimos suspiros del 2012 no era el objetivo para ninguno de los dos; arriba del ring se jugaba el honor y credibilidad de tres batallas previas entre Juan Manuel Márquez y Emmanuel Pacquiao.

“Pacman”, quien en Mayo sufrió una de las más cínicas decisiones de los jueces que le arrebataron su título wélter de la WBO ante Timothy Bradley, prefirió enfrentarse de nueva cuenta a Márquez, quien acusa de que en la trilogía, sobre todo en el último combate, las tarjetas no indicaron lo sucedido en el encordado durante 36 rounds disputados en 2004, 2008 y 2012.

Con un nocaut histórico, el mexicano derrotó a Manny en una pelea sin título oficial de por medio, demostrando por qué lo apodan “Dinamita”.

Sonó la advertencia de los últimos 10 segundos del sexto round y el capitalino, tras lanzar dos rectos de izquierda, pudo abrirse camino luego de que Pacquiao lo había acorralado, al inclinar la pelea a su estilo.

Luego siguió una derecha al mentón del filipino, la cual no llegó a su destino, y este respondió con una combinación de cuatro golpes, siendo el último un zurdazo que se impactó en el pómulo derecho de Márquez, quien sólo lanzó un jab de izquierda que hizo retroceder al “Pacman”.

Y al querer retomar la iniciativa, Manny dibujó una finta con su brazo derecho, que fue bien estudiada por el mexicano, y al querer preparar un volado de izquierda su rostro se impactó con el guante de su rival, en el último segundo del asalto.

Cayó fulminado. El réferi Kenny Bayless no terminó el conteo reglamentario y el júbilo se apropió del ”Dinamita”, quien tras ocho años de espera derrotó oficialmente a su eterno rival.
Pese a que el púgil tagalo se mostró agresivo, como en sus primeros dos enfrentamientos, no sucedió lo mismo con su velocidad y resistencia, que han disminuido.

Y es que además en el tercer round cayó a la lona por primera vez desde 1999, cuando en Thailandia un desconocido Medgoen Singsurat lo noqueó; fue otro recto de derecha que recibió mientras ajustaba su guardia.

Pacquiao dominaba el combate, lanzaba combinaciones de cuatro a seis golpes y sólo era contrarrestado por el jab del mexicano, quien constantemente se encontraba sobre las cuerdas y recibía los clásicos volados de izquierda de su oponente.

El quinto episodio continuó con esta tónica y el filipino le regresó la cortesía a Márquez, a quien se le contabilizó una caída tras enredarse con sus piernas y tocar la lona con el guante, luego recibir combinaciones que le sangraron la nariz.

Sin embargo, como un novato lució el filipino, quien llevaba dominado los rounds 4, 5 y también el sexto que no concluyo a causa de su imprudencia.

Desde el inicio de esta cuarta pelea se creía innecesaria, la mayoría de los asistentes del MGM de Las Vegas coreaban el nombre del mexicano.

En ella se demostró el gran corazón de Juan Manuel, que la quijada de Manny no es de acero y las discusiones sobre cuál de estos dos extraordinarios y legendarios boxeadores es el mejor seguirán por muchos años.

Muchos afirman que esta pelea era la única en que el filipino dominaba antes de que concluyera.

Sin embargo, el mexicano demostró por qué lo apodan “El Dinamita” y como si su puño derecho estuviera cargado de TNT, estalló un volado en el rostro de su oponente, quien cayó fulminado y tardó 52 segundos en abrir los ojos y levantarse, muchos más de los 10 reglamentarios.

Tuvo que ser un peleador azteca quien derrotara convincentemente al también conocido como “el devorador de mexicanos”, quien desde su primer duelo demostró tener las condiciones para vencerlo. La revancha esperó cuatro años.

Justicia a un boxeador a quien, con el pretexto de no tener antecedentes relevantes, diversos campeones declinaron enfrentarlo y las oportunidades llegaron que estaba por cumplir los 30 años.

Justicia a quien fue robado en Thailandia, ante Chris John, quien enfrentó a un Mayweather con 17 libras por encima de lo acordado, que era en peso súper ligero.


Y de Pacquiao, de su agresividad parece que ya sólo queda el recuerdo de las primeras peleas ante Juan Manuel, sus dos enfrentamientos con Marco Antonio Barrera y la trilogía ante Erick “El Terrible” Morales.

Gracias por leerme... ASR

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