Al sonar la campanada inicial,
Glen Tapia salió con todo su arsenal por delante; apenas concluía el primer round y ya había
sentido el poder de James Kirkland. En el segundo los volados ya le revolvían
la cabeza.
En el tercero el de New Jersey
reaccionó y por momentos parecía que había equilibrado el aún temprano combate,
sin embargo, tras salir de los embestidas, el “Mandingo Warrior” respiró y
volvió a contraatacar; Tapia mostraba signos de cansancio, aunque logró cerrar
el episodio con dignidad, volviendo a acorralar a su rival.
FOTO: BOXALDIA.COM
El cuarto sirvió en apariencia de
descanso para ambos, pero Kirkland mostró la maña y en corto colocó formidables
rectos con ambas manos e incluso algunos cabezazos a un Tapia que ya era un
blanco fijo y vulnerable.
Ya con un considerable corte en
la ceja izquierda, el hasta ese entonces invicto recurría a los abrazos que
sólo prolongaron la golpiza hasta los 38 segundos del sexto episodio, cuando el
réferi, al notar que no reaccionaba, le detuvo el combate.
El resultado: James ganó por TKO
en seis asaltos en el Reliant de Houston, Texas, y los más de 20 meses sin
pelear parecieron no afectarle el pasado 7 de diciembre.
Kirkland, de 29 años, se niega a
ser el típico afroamericano de moda que pega su guante en el cachete, utiliza
constantemente el jab, dedicándose a correr y lanzar cinco o seis golpes de
poder por episodio para ganar con lo mínimo cada round, haciendo totalmente a
un lado al público.
No obstante, ya sea por lesiones
o indisciplinas no ha logrado consolidarse y se mantiene como sus víctimas: en
simples promesas pese a su formidable récord de 32(28)-1.
En abril de 2011, luego de dos
peleas de preparación –las cuáles ganó en los rounds 1 y 2- tras permanecer 17
meses en la cárcel por posesión de armas de fuego, enfrentó a Nobuhiro Ishida
en peso mediano.
El japonés, que empezaba con su
declive, parecía el rival ideal para que James se luciera. Sin embargo, tras
caer tres ocasiones apenas en el primer round, parecía haber perdido cualquier
oportunidad para acceder a una pelea estelar.
Tres meses después sumó un par de
victorias, de nueva cuentas en los episodios primero y segundo, y en diciembre
llegó una nueva oportunidad, pero ahora sería él quien serviría de “escalón”.
Viajó a Cancún en diciembre de
2011 para enfrentar a Alfredo “El Perro” Angulo, a quien el equipo del Saúl “Canelo”
Álvarez había evitado enfrentarlo en al menos dos ocasiones luego de que al
tapatío le regalaran el cinturón súper wélter del CMB.
El de Mexicali era el clasificado
número 1 para pelear por dicho título que había dejado Manny Pacquiao luego de
no defenderlo tras derrotar a Antonio Margarito y ante Kirkland era una opción
para demostrar por qué lo había firmado Oscar de la Hoya.
El primer round de esa contienda
fue de los más explosivos de los últimos años. Angulo comenzó avasallador y en
menos de un minuto mandó a la lona a Kirkland, y pareciera que se repetiría el
desenlace que sufrió ante Ishida.
Pero el alumno de la ex boxeadora
Ann Wolfe reaccionó en ese mismo round para revertir la desventaja, depositando
en el suelo a su rival y de ahí en adelante supo domesticar al “Perro”.
El resto fue una paliza del
norteamericano que concluyó en el sexto episodio cuando el réferi Johnny Callas
detuvo las acciones.
Cuatro meses después volvió a
sufrir un bajón. Ante Carlos Molina iba abajo en dos de las tarjetas hasta que
el réferi decidió detener el combate porque la esquina del mexicano entró al
encordado antes de que concluyera el décimo round, previo a una caída del
mexicano.
Desde entonces no había peleado,
pues una lesión en el hombro le impidió medirse ante “El Canelo” en septiembre
de 2012, y posteriormente de nuevo tuvo problemas legales, ahora por violencia
doméstica.
Todo indica que en el 2014 enfrentará a
Erislandy Lara, en una especie de Semifinal por competir por el campeonato
súper welter que Mayweather le arrebató a Álvarez, y erigirse como una de los
mejores en las 154.
Gracias por leerme... ASR
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